martes, 6 de octubre de 2009

DIEGO RIVERA MURALISTA

Diego Rivera se interesó vivamente en la política y en sus composiciones murales, históricas o simbólicas, resuena la voz de la prédica social-revolucionaria y de la resistencia a la presión extranjera. Otros de los grandes murales que pueden apreciarse hoy en el país son los del Palacio de Cortés de Cuernavaca, y los del Palacio Nacional, en la Ciudad de México, por mencionar sólo algunos.


Los murales que Rivera pintó en México lo hicieron tan famoso que se convirtió, no sólo en jefe de escuela pictórica, sino también en líder político.


MURALES EN ESTADOS UNIDOS

La expresión de su fama llevó a Rivera durante la década de 1930 a exponer su pintura en Nueva York, recibió el encargo de la realización de grandes murales en el Instituto de Artes de Detroit y en el Rockefeller Center de N. York, donde su fresco “Hombre en la encrucijada”. El mural fue destruido por el centro y sustituido por otro de Brangwyn, pero Diego luego lo reprodujo para el
Palacio de Bellas Artes de México.


ULTIMOS AÑOS

Su más ambicioso y gigantesco proyecto, un mural épico sobre la historia de México para el Palacio Nacional, quedó inconcluso a su muerte, acaecida en la Ciudad de México el 25 de noviembre de 1957.

Siempre fue la ambición de Rivera expresar en forma plástica los sucesos, ideas y esperanzas de la Revolución Mexicana. Para hallar un medio adecuado a esta expresión tuvo que experimentar con la técnica del fresco.




(Diego trabajando en uno de sus murales)


Algunas de los murales de Diego Rivera son los que se muestran a continuación:

La creación, 1922-1923. Encausto y pan de oro. Anfiteatro Bolívar. Escuela Nacional Preparatoria, Ciudad de México

En esta pintura podemos apreciar un arco y en el interior podemos ver a unas personas en ambos extremos del mismo, las personas visten túnicas largas, algunos se encuentran sentados, algunos otros de pie y 2 más al parecer sobre una nube, en el centro del mural se aprecia un torso de hombre con los brazos extendidos.



Día de Muertos - La Ofrenda, 1923-1924. Fresco. SEP, salón de fiestas. Ciudad de México.

En este mural Diego Rivera plasma una de las tradiciones más arraigadas en México, como lo es “el día de muertos”, podemos apreciar como un grupo de indígenas rinden tributo a un difunto, expresando aparente respeto a este con la reverencia que se puede ver al retirar los sombreros de la cabeza, al igual que con cirios blancos que alumbran su última morada, también podemos ver alimentos y la muy conocida flor de cempasúchil, haciendo con esto predominio al color naranja en el mural.


El reparto de tierras, 1924. Fresco. Universidad Autónoma de Chapingo. Edificio de administración.


En este mural podemos percibir a un gran número de hombres vestidos de manta y sombrero, que escuchan atentos a un hombre de traje negro, al parecer es el famoso reparto de tierras, como bien titula esta obra el autor Diego Rivera.


Fuerzas subterráneas, 1926. Fresco. Universidad Autónoma de Chapingo. Extemplo, pared este.

Este mural es muy interesante, puesto que se pueden ver las figuras anatómicas y desnudas de 3 mujeres, 2 de ella en posición inclinada y la tercera al centro, en canclillas y con los brazos extendidos lo cual hace notar aun más la parte frontal de su anatomía, de estas tres figuras se desprende una luz muy luminosa, lo que la convierte en la parte más sobresaliente de la obra, a los extremos se lograr apreciar 2 ventanas circulares, por donde podernos darnos cuenta que es una tarde-noche.


Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, 1946. Museo Mural Diego Rivera, Ciudad de México.


En este mural podemos ver a toda clase de personajes, una catrina, un hombre con bastón y combine, señoras con sus ropas de gala, hombres de gabardinas, por otro lado también se pueden ver a los hombres indígenas con sus ropas de manta y sombrero, hombres revolucionarios montados en caballos, indígenas comerciantes, en fin un sin número de personajes, lo que muestra en este mural es la unión de las famosas “clases sociales” reunidas en la plaza central o la alameda, una obra llena de colorido, una clara imagen de lo que es México.
Esta es una de las obras que aun se tienen presentes en el factor Educativo de nuestro país, como es el caso del libro de texto gratuito de sexto grado, en temas como “El S. XX y la Reconstrucción del País”


La aportación de la obra de Diego Rivera al arte mexicano moderno fue decisiva en murales y obras de caballete; fue un pintor revolucionario que buscaba llevar el arte al gran pública, a la calle y a los edificios, manejando un lenguaje preciso y directo con un estilo realista, pleno de contenido social.

martes, 1 de septiembre de 2009

Pinturas de Diego Rivera


En esta imagen podemos apresiar al retrato del pintor, Diego María Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta Rodríguez, mejor conocido como Diego Rivera, con un semblante mas relajado a comparación de algunos otros retratos, se puede apreciar tambien una mirada muy particular directa y firme, en sus manos sostiene un escrito del cual se ignora su contenido, por su peinado y estilo para vestir cumple con el “prototipo” que se tienen de los ARTISTAS.

Siempre fue la ambición de Rivera expresar en forma plástica los sucesos, ideas y esperanzas de la Revolución Mexicana.
Para hallar un medio adecuado a esta expresión tuvo que experimentar con la técnica del fresco. Esta técnica consiste en pintar directamente sobre la argamasa (mezcla de cal y arena) mojada, para que el color penetre y, al secarse aquella, lo fije.

Diego Rivera se intereso vivamente en la política y en sus composiciones murales, históricas o simbólicas, resuena la voz de la prédica
Social – revolucionaria y de la resistencia a la opresión extranjera.

Diego Rivera, en formas simplificadas y con vivo colorido, rescató bellamente e pasado precolombino, al igual que los momentos más significativos de la historia mexicana: la tierra, el campesino y el obrero; las costumbres, y el carácter popular.

La aportación de la obra de Diego Rivera al arte mexicano moderno fue decisiva en murales y obras de caballete; fue un pintor revolucionario que buscaba llevar el arte al gran público, a la calle y a los edificios, manejando un lenguaje preciso y directo con un estilo realista, pleno de contenido social.

Desde finales de la década de 930 se dedica la pintura paisajista y retratos. Desarrolló en sus últimas pinturas un estilo indigenista y social de gran atractivo popular.



A continuación se presentaran algunas de las obras del Pintor Anteriormente mencionado Diego Rivera.


Esta pintura titulada “Vendedora”, podemos apreciar la imagen de una mujer indígena, de tez moreno, hincada y de espaldas, que viste de color oscuro además de un reboso gris que cubre su espalda, también podemos ver su peinado muy característico de las indígenas, sostiene en sus manos un gran ramo de grandes alcatraces.
En esta pintura podemos apreciar a una mujer indígena, de rodillas, cargando en su espalda una gigantesca canasta, sostenida por un reboso gris (prenda de vestir muy utilizada las culturas indígenas) repleta de hermosos alcatraces, esta obra reflejaría el papel de la mujer indígena, así como de la mujer en general, significando la canasta con los alcatraces en la espalda, todo lo que es capaz de soportar la mujer en cualquier circunstancia.

En esta imagen podemos ver a una mujer desnuda, de la que se logra apreciar la espalda alta y baja, sentada en sus propios pies, muestra una silueta muy bien formada de la anatomía femenina, al parecer trata de acomodar la canasta tejida de grandes alcatraces, da la sensación de la necesidad o deseo de estar en contacto directo con la naturaleza, de igual a igual sin caretas.


Esta imagen nos muestra a un hombre a gantas, con calzón de manta y sombrero, al parecer cayo después de que esta cargando un canasto tejido sostenido como un tipo reboso amarillo, lleno de algún fruto para vender probablemente, a la derecha se logra apreciar a un mujer tratando de ayudarlo a recuperarse, ella viste una falda larga color rojo y una blusa blanca.


En esta imagen logramos apreciar, a comparación de la mayoría de las pinturas de Diego Rivera, a una mujer de frente, de pie y sobre todo que muestra su rostro, ella viste una traje regional típico color negro y detallado con estampado floreado con predominancia en el color rosa fiusha, un olan grueso color blanco en la parte inferior del vestido, utiliza adornos como lo es el collar y las flores en la cabeza a juego con el vestido, además en su brazo izquierdo sostiene una pequeña canasta.

El impacto social de las obras de Diego Riveras se demuestra en la aplicación de las mismas en los libros de texto gratuito de la educación básica, tomándolos como referencia de algunos de los temas de historia por ejemplo y en temas específicos como las revoluciones de México, tal vez para mostrar el sentir del pueblo indígena en tales circunstancias o al menos la perspectiva que el tenia con respecto a ello.

Diego Rivera ha sido recordado por las grandes obras que hizo y por el personaje que es en la historia, con ciertas características que lo hacen ser el.